sábado, 9 de julio de 2011

SERMONES: Levántate, convierte tus fracasos en éxito


Por Gabriel Gil Arancibia, Director Nacional de Educación Teológica IDD - Chile

LEVÁNTATE, CONVIERTE TUS FRACASOS EN ÉXITO
“Siete veces caerá el justo, y siempre se levantará”
(Proverbios 24:16).

Introducción.
¿Qué es el fracaso? El diccionario de la lengua española lo define de una manera austera, seca y hasta déspota, pero de forma real: “Fracaso, es no tener éxito”. Algunos sinónimos para fracaso son: “Revés, decepción, caída, fallo, hundimiento, frustración, descalabro”.

Ahora bien, todos los aquí presentes sin ser necesariamente expertos en la lengua española hemos experimentado el fracaso, en mayor o menor magnitud, con mayores o menores consecuencias. El fracaso es parte de nuestras vidas, no lo podemos evitar, es “la otra cara de la moneda”. Así que, a menos que usted sea un extra-terrestre, el fracaso ha sido parte de usted desde sus primeros meses de vida, ¿verdad?

En la Biblia encontramos varios ejemplos de personas que fracasaron, a pesar de contar con todas las condiciones para lograr el éxito. Pero déjeme referirme a dos personajes en particular.

A. Sansón, el Fracaso de un Héroe.
En Jueces capítulo 16 hallamos la vergonzosa historia de Sansón y Dalila.

Como ustedes saben, Sansón era un hombre hebreo que fue designado por Dios para guiar a su país, Israel, hacia la victoria contra los filisteos. Para esto, el Señor dotó a Sansón de una fuerza física extraordinaria, algo así como un Hércules o un superman. La fuerza de este sujeto era realmente extraordinaria; sin embargo, tenía una debilidad: Se dejaba seducir por el placer sensual del sexo opuesto. En otras palabras, el fracaso estaba a las puertas de la vida de este hombre. Y de hecho, la Biblia no duda en mencionar que Sansón cayó en un estado de fornicación vergonzoso aún para nuestros tiempos: Dalila, una encantadora joven filistea lo condujo al punto del quiebre, la caída y al pecado total. Si mis amigos, la Biblia nos dice que Sansón fracasó en su misión de liberar a Israel, Sansón fracasó a pesar de contar en un principio con el respaldo de Dios, su familia, sus compatriotas.

¿Qué pasó con él? No nos apresuremos a condenarlo -algo muy típico en nosotros los humanos-, Sansón era tan hombre como muchos de los que están aquí. La Biblia si bien condena el pecado, enseña un mensaje de esperanza para el pecador; es decir, siempre muestra una salida para quienes han fracasado. Entiéndanme bien, no estoy justificando el hecho de pecado entre Sansón y Dalila; sino, trato de rescatar la persona de Sansón como un hombre que fracasó en su vida.

B. Una Mujer de Dudosa Reputación.
Ahora bien, ¿Recuerda usted el pasaje donde Jesús dijo: El que esté libre de pecado arroje la primera piedra? (Juan 8:1-11). Ese pasaje se refería a la mujer sorprendida en adulterio. Según el relato bíblico, los residentes de la ciudad se apresuraron a condenar el acto de la mujer, lo cual no debe ser motivo de admiración, ¿cuantas veces nosotros los propios cristianos, nos apresuramos a criticar el fracaso de una persona? Volviendo a Jesús, el pasaje bíblico nos enseña que aquellos que condenaban a la mujer se retiraron uno a uno y finalmente quedaron solos Jesús y la mujer. ¿Alguien se acuerda lo que Cristo le dijo a la mujer? “Mujer, ¿dónde están los que te condenan? Ni yo te condeno, vete y no peques más” (Juan 8:11). ¡Esta respuesta es sencillamente genial!

Tanto Sansón en el Antiguo Testamento y la mujer adúltera en el Nuevo Testamento fueron redimidos por Dios, si bien pagaron cada uno las consecuencias.

Lo que quiero decir con esto es: La Biblia habla de hombres y mujeres que fracasaron, pero también habla del amor de Dios que perdona y restaura.

¿Cuántos de los que estamos aquí hemos experimentado el dolor del fracaso? Estoy seguro que hay personas en esta audiencia que han vivido el dolor del fracaso en su matrimonio, el fracaso con sus hijos, el fracaso en su empresa o negocio, el fracaso en sus estudios, el fracaso en su vida personal. ¡Hey, yo también he fracaso! Pero algo te digo: En su voluntad perfecta Dios utiliza nuestro fracaso como una segunda oportunidad para triunfar en la vida, ¿cuántos lo creen?

C. El Fracaso como Una Oportunidad para Crecer.
Al escribir este sermón estuve investigando algunas frases de personas célebres que experimentaron el fracaso, éstas son sus palabras:

l  Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender (Charles Dickens, escritor británico).

l  El fracaso es, a veces, más fructífero que el éxito (Henry Ford, industrial estadunidense).

l  El fracaso fortifica a los fuertes (Antoine de Saint, escritor francés).

En Proverbios 24:16 se nos enseña que aún siendo cristianos tenemos derecho a caer, fallar, errar el blanco, fracasar, equivocarnos; sin embargo, también ese versículo nos enseña que tenemos derecho a levantarnos, sacudirnos el polvo de la vergüenza y rehacer nuestras vidas en algo mejor.

No obstante, esto de levantarnos no es tan simple. El común de las personas pasan mucho tiempo, tal vez toda su vida, lamentando su fracaso, pero son pocas quienes aceptan haberse equivocado y toman la decisión de comenzar de nuevo.

Algo pasa en  nuestras vidas que nos impide levantarnos después de las derrotas, y esto es algo extraño pues fuimos diseñados por Dios para levantarnos cada día. Esto lo vemos marcadamente en los niños pequeños, específicamente en los bebés. Todos nosotros fuimos bebés en el principio de nuestras vidas, y todos nosotros aprendimos a caminar a golpes, caídas, resbalones, tropiezos, etc. Y sin embargo, cada vez que nos caíamos nos volvíamos a levantar. Esta conducta en los bebés no es algo aprendido, sino innato.

CONCLUSIÓN.
La Biblia nos dice que no importa cuantas veces fracasemos, Dios siempre estará dispuesto a levantarnos, Dios siempre estará ahí para socorrernos.

Sigamos los siguientes consejos para convertir nuestros fracasos en éxitos:

1. Acepte que hay una gran diferencia entre las personas que triunfan y las mediocres.
2. Aprenda una nueva definición de fracaso.
3. Elimine el “yo” de su fracaso.
4. Entre en acción y reduzca su miedo.
5. Cambie su reacción ante el fracaso aceptando su responsabilidad.
6. No deje que el fracaso externo se meta dentro de usted.
7. Dígale adiós al ayer.
8. Cambié usted, y su mundo cambiará.
9. Despreocúpese de usted y comience a darse a los demás.
10.  Busque el beneficio en cada mala experiencia.
11.  Si tiene éxito al primer intento, busque algo más difícil.
12.  Aprenda de una mala experiencia y transfórmela en una buena experiencia.
13.  Trabaje sobre las debilidades que lo debilitan.
14.  Entienda que no hay mucha diferencia entre fracaso y éxito.
15.  Levántese, recupérese y siga avanzando.

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