martes, 7 de febrero de 2012

SERMONES: Deja de Aprender Hoy y dejarás de Crecer Mañana

 

“Deja de aprender hoy y dejarás de crecer mañana”

Por Gabriel Gil Arancibia


“Mi pueblo fue destruido,  por falta de conocimiento”
(Oseas 4:6)
 
Introducción.

La Palabra de Dios es viva y eficaz y en ella encontramos un fatídico recordatorio, quizás una sentencia: “Si dejas de prepararte, equiparte, entrenarte, capacitarte, adiestrarte, instruirte, educarte… de seguro morirás”. ¿Será esto posible? ¿A qué se refiere Oseas 4:6 cuando menciona tamaña verdad?

Leamos a Miguel Ángel Cornejo, su interpretación puede ayudarnos a entender un versículo tan antiguo: El aprendizaje representa el único camino cierto para lograr la evolución, el negarse a aprender equivale a petrificarnos, a permanecer estancados, como el agua de un estanque que alberga malezas y alimañas.

Cuerpo del Mensaje.
Verdades de Oseas 4:6

Al leer este terrorífico versículo, ¿Qué aprendemos? ¿Qué verdades hallamos en él que nos sirvan en la actualidad? ¿Podemos aplicar Oseas 4:6 a la vida cotidiana? La respuesta es CLARO QUE SÍ, “Nuestra vida es un constante peregrinaje por el mundo. Somos viajeros sedientos de conocimiento y el mundo se encarga de darnos suficiente”.

1. Primera Verdad: No todo conocimiento es productivo, antes bien debemos dar prioridad al conocimiento que nos lleve a un autodesarrollo, en otras palabras: La información sin formación produce deformación.

2. Segunda Verdad: Dar sentido a los conocimientos. Las personas que han logrado realizar sus sueños en la vida son aquellas que con mucho esfuerzo han encontrado sentido a los conocimientos que adquieren y los aplican productivamente. Con esto queremos decir que la educación es fundamento de vital importancia en la construcción de nuestro futuro y en el de nuestros hijos e hijas. Lo mejor que podemos hacer durante nuestra vida es ocuparnos de estudiar y aplicar dichos conocimientos en nuestra propia existencia, pues un hombre que piensa es un hombre de éxito (La reflexión y educación es poder).

3. Tercera Verdad: Aprende a Aprender. Si deseamos un futuro mejor tenemos que aprender a aprender, pues el conocimiento por sí solo no garantiza el éxito, debemos seleccionar cuidadosamente a nuestros maestros y por supuesto los elegidos deben ser aquellos que con hechos concretos hayan demostrado el valor de sus conocimientos, ¡aprender de los triunfadores es la consigna!, asimilando profundamente los valores que los llevaron  a la cumbre.

4. Cuarta Verdad: La educación. Estamos en la era donde lo más preciado son los conocimientos y por supuesto la habilidad para llevarlos a la práctica, son tiempos de aprender a alta velocidad. De no ser así lo más seguro es que te conviertas en un “analfabeto funcional”, es decir, sabrás leer y escribir, pero no estarás vigente en los estudios que nuestra sociedad requiere.

Aplicación del Mensaje.
¿Para qué me sirve aprender tanto?

La Biblia nos enseña que “los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento” (Leer Daniel 12:3).

Dos verdades de este pasaje.

1. Trascendencia en el Tiempo y Espacio:
Una pregunta que el ser humano se ha hecho desde siempre es ¿cómo permanecer por siempre en las futuras generaciones? La respuesta es “vivir con Excelencia”.

Alguien dijo una vez que para trascender en el tiempo y espacio era necesario tres cosas: Plantar un árbol, escribir un libro y tener hijo. Con respecto a esto último, ¿Se ha preguntado por qué se tiene un hijo? Desde luego no se puede pensar en traer a un ser humano nada más para engordarlo como ganado, sino que es a través de nuestra descendencia como contribuimos al avance de la humanidad; por lo mismo, “no nos desgarremos las ropas por las condiciones del mundo actual y no nos preocupemos por el mundo que heredaremos a nuestros hijos; mas bien ocupémonos en qué hijos vamos a heredar al mundo; que nuestros hijos, alumnos, trabajadores, colegas, todos aquellos en quienes tenemos influencia sean portadores de nuestra esencia, de valores superiores que hagan avanzar a la comunidad a que pertenecemos”[1].

Ahora más que nunca se requieren seres humanos que estén por encima del caos. Son los indispensables para lograr construir una sociedad superior, seres que no se limiten nada más a criticar lo que está mal, sino que marquen senderos, que encaucen el logro de ideales.

Una nueva generación de líderes que sustenten la honestidad como aval de cada una de sus acciones, la justicia y la equidad. Líderes de Excelencia de esta talla son los que necesita el mundo y los reclama Dios.

2. Aprendizaje de Por Vida:
Simón Bolívar, el Gran Libertador dijo: “El arte de vencer se aprende en las derrotas”. Alguien más dijo: “El fracaso no es lo peor que te pueda suceder, en cambio, el no volverlo a intentar te derrotará para siempre”.

Los seres humanos fuimos creados para estar en constante movimiento, si no lo hacemos nos deterioramos. De igual manera el dejar de mejorar es empezar a morir, por lo mismo entre más aprendemos más nos humanizamos. Convertirse en humano es un proceso largo que solo algunos están dispuestos a llevar.

¿Sabe usted cuál es la característica común de los triunfadores? “Su hambre de aprender”; ello/as están permanentemente alerta al conocimiento que les permita ser mejores cada día, saben que a través del conocimiento pueden auto-descubrirse.

Conclusión.
La Biblia en Proverbios 9:8 nos dice: “Reprende al insolente y te ganarás su odio; corrige al sabio y te ganarás su aprecio”. El sabio llega a ser sabio cuando “aprende a aprender”, cuando está dispuesto a convertirse en un aprendiz de por vida.


[1] Cornejo, Miguel Ángel. Enciclopedia de la Excelencia, Tomo III. Página 1189.


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