CPEC

 
Septiembre 12, 2011

UNA ESTRATEGIA DE CRECIMIENTO CON LA QUE PUEDE CONTAR
Por Rick Boxx


Una amiga mía, cansada por el impacto que la economía ha tenido en su
negocio, me hizo una buena pregunta. , Se preguntó, "¿Está bien orar
por tener más negocios?" Mi respuesta fue simple. Le dije, "depende".

Mi amiga dijo que estaba agradecida por lo que Dios le ha dado hasta
la fecha, pero también admitió que tenía un fuerte deseo de ver crecer
su negocio. Como ya hemos hablado de esto, le expliqué que yo creo que
la respuesta a si es apropiado orar por más negocios se encuentra en
los motivos subyacentes.

Si una persona decide a orar por tener más negocios sin preocuparse ni
temer lo que podría depararle el futuro, entonces esa persona ignora
el mandato de Jesús de no preocuparse. Jesús se centró en los motivos
cuando le dijo a sus discípulos en Mateo 6:33: "Más bien, busquen
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les
serán añadidas."

En un sentido similar, si un empresario está orando por más trabajo,
más las ventas o una base de clientes más grande sólo porque él o ella
quiere un aumento de los ingresos para gastar en las cosas que él
quiere, una vez más la respuesta a la pregunta: "¿Está bien orar por
más negocios?" Sería no.

En el mismo discurso con Sus seguidores, Jesús les dijo: "Nadie puede
servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o
querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez
a Dios y a las riquezas." (Mateo 6:24).

Sin embargo, hay una razón legítima para orar para tener más negocios.
De hecho, me siento seguro de que Dios nos anima a hacerlo. Si su
deseo de hacer crecer su negocio proviene de un mayor deseo de agradar
a Dios y de servir mejor a los clientes a través de los productos o
servicios que ofrece, a continuación, es una oración que Dios puede
responder - y quiere hacerlo. Tal vez de una manera mucho mayor que
cualquier cosa que pueda imaginar.

Con demasiada frecuencia relegamos cualquier sentido de la presencia
de Dios y Su participación personal en nuestras vidas a lo que nos
sucede en las mañanas de domingo. O tal vez nos sentimos libres para
orar a Dios cuando nos enfrentamos a graves problemas personales o
familiares. Pero cuando se trata de negocios y necesidades de trabajo,
por alguna razón, solemos dejar a Dios fuera de la ecuación.

En repetidas ocasiones vemos en la Biblia que Dios quiere que oremos.
Pero también nos dice que nuestros corazones - nuestros motivos -
necesitan estar en el lugar adecuado, ya sea en el trabajo, en casa o
dondequiera que vayamos.

Acerca de la oración, se nos dice: "Oren sin cesar" (1 Tesalonicenses
5:17). Eso significa que todo el tiempo, y donde quiera que vayamos.
También se les advierte: "No se inquieten por nada; más bien, en toda
ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias" (Filipenses 4:6).

Al mismo tiempo, dice, “Y cuando piden, no reciben porque piden con
malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones.” (Santiago
4:3). El énfasis de Dios en nuestros motivos se menciona en muchos
otros lugares, incluyendo Proverbios 16:02, que dice: "A cada uno le
parece correcto su proceder  pero el Señor juzga los motivos."

(Derechos de propiedad literaria 2010, Centro de Recurso de
Integridad, Inc.) Adaptado con permiso de "Momentos de Integridad con
Rick Boxx," comentarios de los problemas de integridad en el trabajo
desde una perspectiva cristiana. Más información sobre Momentos de
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