lunes, 20 de junio de 2011

SERMONES: Señor Cambia Mi Actitud

SEÑOR, CAMBIA MI ACTITUD
ANTES QUE SEA DEMASIADO TARDE
Por Gabriel Gil Arancibia. Profesor, conferencista. Director Nacional de Educación Teológica IDD - Chile

Texto de estudio, Romanos 12:2. “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto”.

El reconocido Pastor Principal de la mega iglesia Willow Creck, Bill Hybel cuenta que uno de los miembros de su equipo pastoral se había convertido en una molestia para él y el resto del equipo. Esta persona era intelectualmente capaz, un genio para crear programas evangelísticos, extremedamente hábil cuando se trataba de hablar en público; pero tenía un pequeño-grande problema: Su actitud. Este hombre, relata el Pastor Principal, en cada reunión de equipo se esmeraba en mostrar a los demás lo desconforme que se encontraba con el Pastor Principal y con los distintos programas de la Iglesia. Él lo hacía de una forma peculiar, dice el Pastor, se sentaba en la silla de trabajo alrededor de la mesa y bostezaba constantemente, salía de la reunión una y otra vez, criticaba todo cuanto los demás opinaban y por si fuera poco cuando le tocaba orar para despedir la reunión, él decía algo así: “Señor, gracias por permitir que esta aburrida reunión llegara a término, gracias porque tu sabes que estamos cansados de estar aquí, gracias por que a pesar de que no hay avance en esta iglesia, tú Señor nos permites trabajar en esta obra”. Era claro que este hombre tenía serios problemas de actitud.

¿Qué creen que hizo el Pastor Principal de esa iglesia? Lo que cualquiera de nosotros en su posición hubiese hecho. Habló con él y le señaló el problema de actitud que tenía. Finalmente aquel hombre no soportó la corrección y decidió renunciar a su trabajo. Lamentablemente nunca cambió de actitud.

Bill Hybel nos dice que en el mundo gerencial del siglo XXI la actitud cuenta mucho para conseguir trabajo y mantenerse en él. Este Pastor afirma que lo mismo ocurre en la Iglesia, ministerio o pastoral. Él sostiene que existen muchos buenos cristianos alrededor del mundo con grandes capacidades de liderazgo y administración, pero con grandes dificultades para controlar su carácter, sus impulsos, su forma de hablar y expresar sus sentimientos, sus ademanes y gestos. Estas personas, asegura Hybel, obtendrán logros muy reducidos en su vida cristiana laboral, ministerial y personal. ¿Por qué? La respuesta es sencilla, afirma Hybel: Los gerentes de hoy, líderes, supervisores, pastores, entre otros, buscan conformar equipos de trabajo con personas altamente inspiradas; es decir, con una actitud optimista hacia la vida. Esto dicho de otra manera es lo que los sicólogos llaman “Inteligencia Emocional”.

Ahora bien, el cambio constante hacia la perfección debe ser el estilo de vida de todos aquellos que pretenden llamarse cristianos. La Biblia nos dice que debemos “evolucionar”; es decir, renovarnos en un espíritu de superación teniendo como fin último la excelencia de vida (Juan 10:10).

En la Biblia encontramos a diferentes hombres que sufrieron un cambio radical en su conducta (algunos ejemplos: Moisés, David, Pedro, Pablo, entre otros).

Cada una de estas personas cambió su actitud, de personas negativas a personas positivas. Debemos recordar que la actitud determina la forma de ver y vivir la vida (tú ves lo que quieres ver, dice el refrán). El cambio de actitud es el factor principal en quienes han decidido ser triunfadores en ves de perdedores, la actitud es “la manifestación externa de mi condición interna”.

Por ejemplo, si mi ser interno está lleno de maldad, la manifestación de éste se hará visible en actitudes de odio, venganza, homicidio, etc. Sin embargo, si mi ser interno está lleno de amor, la manifestación de éste se hará visible en actitudes de misericordia, compasión, bondad, entre otras. Así entonces una actitud positiva y constructiva será siempre el resultado de un cambio interno tanto de mente como de espíritu.

En Romanos 12:2 encontramos al apóstol Pablo escribiendo un interesante y profundo versículo. Pablo es el ejemplo perfecto de una persona que sufrió un cambio interno manifestándolo luego en un estilo de vida saturada de actitudes cristianas. De ser un perseguidor de la Iglesia, un oponente del Evangelio y cómplice de asesinato, Pablo cambió a un hombre con actitudes nobles y dignas de imitar.

¿Qué fue lo que ocurrió en el Apóstol? En Hechos 9:1-9 se nos relata que Jesús apareció a Pablo, irrumpió en su vida y la cambió para siempre. Jesús transformó y renovó la pobre existencia de este hombre. De esto aprendemos que “Cristo es el único capaz de intervenir en las vidas de los seres humanos transformándolas por toda la eternidad”. Jesucristo puede hacer de un hombre/mujer lleno de actitudes negativas, un hombre/mujer lleno de actitudes positivas, actitudes que edifican y no que destruyan, actitudes que aportan y no que restan, actitudes que contribuyan a la formación del carácter cristiano y no que deforman al ser humano.

Cuando Pablo escribió Romanos 12:2 sabía bien lo que estaba escribiendo, él mismo experimentó un cambio fenomenal en su vida. No obstante, debemos tener presente que el cambio que sugiere el apóstol no ocurre de la noche a la mañana, no es un acto mágico donde en un abrir y cerrar de ojos las malas actitudes desaparecen; mas bien es un proceso lento y doloroso que requiere la ayuda del Alfarero Divino.

Sin embargo, para que el cambio de actitud sea una realidad en nuestras vidas debemos estar dispuestos a reconocer que tenemos un problema de actitud. Déjeme decirle que esto no es nada fácil. Peter Drucker, el gurú del liderazgo empresarial, sostiene que “las personas con problemas de actitud son tan inteligentes intelectualmente, que no ven  (o no quieren ver) los problemas actitudinales que tienen en su vida; y lo que es peor, tienden a culpar a otros de sus frustraciones, depresiones y amarguras. Sí, son tan inteligentes que no se dan cuenta de su propia torpeza”.

Ahora bien, aterricemos el mensaje de hoy en el versículo que leímos al inicio. Romanos 12:2. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato, lo que es perfecto”.

Si pudiéramos poner un título al versículo leído creo que le vendría bien éste: “Romanos 12:2, Un estilo de vida en constante cambio”. Analicemos el contenido de este verso.

  • Las palabras claves de este versículo son no vivan ya. Estas palabras vienen del vocablo griego suschematizo y se refiere a “conformarse a la moda exterior o a la apariencia, acomodándose a un modelo o diseño”.
  • Suschematizo aparece nuevamente en 1ª Pedro 1:14 (“…como hijos obedientes, no vivan conforme a los deseos que tenían antes de conocer a Dios), donde describe a aquellos que se conforman a los deseos mundanos. La conformidad aparente o superficial al sistema de este mundo, o cualquier acomodo a sus maneras, sería fatal para la vida cristiana.
  • Por lo tanto, la vida del cristiano se caracteriza por ser una constante transformación y oposición a un sistema regido por la maldad. El consejo bíblico es claro, “cambien su manera de pensar y así cambiarán su forma de actuar-vivir” (Romanos 12:2).
  • Pablo nos aconseja cambiar nuestras actitudes destructivas por actitudes constructivas. Leamos Gálatas 5:19 – 25. “Es fácil ver lo que hacen quienes siguen los malos deseos: cometen inmoralidades sexuales, hacen cosas impuras y viciosas, adoran ídolos y practican la brujería. Mantienen odios, discordias y celos. Se enojan fácilmente, causan rivalidades, divisiones y partidismos. Son envidiosos, borrachos, glotones y otras cosas practicadas. Les advierto a ustedes, como ya antes lo he hecho, que los que así se portan no tendrán parte en el Reino de Dios.”
Concluimos diciendo que si deseamos que aquellas actitudes que nos traen problemas en el trabajo, en los estudios, en el matrimonio, en mi relacionalidad con las personas desaparezcan, debes seguir los siguientes pasos:

          1º Escuchar a aquellas personas que te están diciendo ¡Hey, tienes           problemas de actitud! No desprecies un consejo de esta naturaleza.

          2º Reconocer que necesitas un cambio de actitud integral, interno y externo en tu vida.

          Decide hacer los cambios necesarios en tu vida. Es decir, debes           pasar del análisis a la ejecución del mismo.

          Experimenta a diario el encuentro con Jesucristo que te permitirá       vivir el cambio de actitud que necesitas.

          Permite al Espíritu Santo que moldee tu ser a imagen y semejanza de Cristo por el resto de tu vida.

Nuestra oración debe ser: ¡Señor cambia mi actitud antes que sea demasiado tarde!

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