jueves, 17 de noviembre de 2011

ASIT: La inserción de la Iglesia en el Mundo Contemporáneo

LA INSERCIÓN DE LA IGLESIA EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
Dr. Humberto Lagos S.


1. Una lectura de la realidad desde la perspectiva analítica de la Sociología de la Religión
La relación de pertenencia se integra en diversas vertientes que pueden confluir en un proceso estable institucionalmente porque la iglesia responde a las certezas buscadas por el fiel.
Si tomamos como ejemplo lo que sucede en Chile y creemos que ese modelo se reproduce también a nivel latinoamericano como fenómeno sociológico del mundo evangélico popular, más particularmente del proyecto Pentecostal en Chile, podemos apreciar que su característica central es la atomización. Este es un fenómeno que se repite en Argentina y también en diversos países.


1.1 Las dinámicas del crecimiento numérico
En Chile se expresa en más de 600 iglesias con vida jurídica, es decir, que existen legalmente, que se les ha otorgando un decreto de gobierno que dice: “yo le reconozco”, lo que da una existencia legal. A pesar de que en Chile existe separación entre Iglesia y Estado, dicho decreto no significa respeto a la libertad religiosa, sino que es simplemente tolerancia religiosa; el gobierno simplemente está diciendo: “yo te tolero, pero si me canso de tolerar, le prohíbo y no tengo que expresar ninguna causa para prohibírselo”. Esta es la razón por la cual nosotros en Chile estamos abocados a un cambio del estatuto jurídico de las iglesias evangélicas, y estamos dialogando con el gobierno desde el mismo gobierno para que eso se produzca y se de en plenitud, el derecho a la libertad religiosa establecido constitucionalmente.


Entonces estamos señalando a más de 600 iglesias con vida jurídica, y cuando hablamos de 600, tomamos el modelo de la iglesia metodista chilena que se cuenta como una sola aunque ella tenga 60, 80 o 100 congregaciones a lo largo de todo el país. De esas 600 iglesias, alrededor del 70% pertenecen al mundo Pentecostal.


Hay más de 2500 iglesias que existen de hecho, es decir, que no tienen existencia legal; ya vamos por las 3100 y creo que vamos aproximándonos al numero que tienen en Argentina, a pesar de que el número de la población es mayor. Por lo tanto, la incidencia en Chile del fenómeno de atomización de la iglesia es tremendamente importante.


En el universo evangélico protestante, el movimiento pentecostal representa alrededor de un 70% de sus integrantes; y aquí en este mundo atomizado hay un persistente crecimiento numérico seguido de una gran inconsistencia de fidelidad a la iglesia madre.


Doctrinalmente las prácticas sociales de los fieles pentecostales se alimentan sobre todo de lógicas metas sociales, las revelaciones que inciden muchas veces, en una débil adhesión a las institucionalidad eclesiástica local, la que se resiente fácilmente por vía conflictos internos. La iglesia con un nivel mayor de educación formal en sus fieles, seguido de una fuerte adhesión doctrinal, alejada de una sobredimensión emotiva tiene mayor estabilidad en la pertenencia de sus fieles pero en su rango de crecimiento numérico, son muchos mas conservadores.
En nuestra opinión, sin forzar el crecimiento numérico y de calidad de los fieles en las vertientes eclesiásticas evangélicas, así como la permanencia de ellos en las respectivas organizaciones de fe; tienen que ver con el tipo de discurso emitido, es decir, con la especialización del lenguaje, contenidos y formas que hacen a la comunicación una efectiva forma de relacionarse al interior del grupo y de expresarse hacia el mundo.


Hay que hacer una aclaración, y es que esta dinámica de atomización del mundo evangélico chileno si bien puede apreciarse como negativa en la perspectiva del peso institucional que debieran tener los evangélicos en la sociedad chilena (16 a 20 %), sin embargo es una dinámica de crecimiento. Se podría discutir el fondo doctrinal, la dinámica de la congregación, o la adoración. Se da que un fiel se pelea con su pastor y eso lo interprete como revelación del Señor, y rápidamente forma otra congregación y trata que ésa sea mejor que la iglesia madre. Entonces esta dinámica, es una reproducción constante que se de en toda la geografía nacional y particularmente en la zona del Carbón de Concepción, Loto, Coronel, y sectores de Santiago; comunas donde el 35% y 40% son evangélicos.

Entonces el tema no es que sólo nosotros observamos sociológicamente esto, sino que también lo estamos observando en Chile, en Perú, en Argentina, los partidos políticos miran a las iglesias como potenciales emisores de votos para determinadas situaciones del orden político. Se produce también la tentación política dentro de nuestras propias iglesias; tentación política que si bien podría tener grado de legitimidad, se asume de manera poco ilustrada, con poco conocimiento, demasiado fundado en revelaciones que no se relacionan con la verdad, y se demuestra con el paso del tiempo y puestos a prueba en los procesos eleccionarios que fueron enfoques mal asumidos. Diversos son los temas influyentes en el crecimiento de la iglesia local, de la denominación.


Además debe considerarse el mensaje evangélico, como la misión de la iglesia de Cristo, ubicándoselo en el contexto específico, en el que se lo pronuncia, se lo encamina en medio del mundo donde habitan los destinatarios del amor de Dios expresado en Jesucristo. No es lo mismo decir “Dios te ama” en un encendido sermón del día domingo a decirlo en medio de una población que se inunda a causa de los temporales. Tampoco es lo mismo emitir un discurso evangelizador en sectores populares sin mayor educación formal, que hacerlo en un medio universitario, de profesionales o de sectores de población con altos ingresos.


Esta situación del lenguaje juega en la pedagogía doctrinal que se utiliza. Por ejemplo, en las escuelas dominicales el material utilizado por bautistas, se elabora centralizadamente y fuer de contexto. El material de estudio es según el rango de edad, niños, mujeres, jóvenes, adultos, varones, etc., pero no hay especialización cultural, social, sectorizada, ni lenguaje acorde al medio que se enseña. Desde el punto de vista sociológico, es observable una especie de desclasización; de negación de la pertenencia social sectorial; que hay un intento de univocidad (una sola voz) altamente lesionante a una adecuada comunicación que responda al tipo de auditorio. Por ejemplo: con un sordomudo, la palabra emitida, no comunica, no sirve pues es otro el lenguaje para hablarle comprensiblemente. Un sermón en inglés sin traducción no comunica; el lenguaje escrito normal que no atiende al contexto es palabra inútil.


1.2 El discurso religioso
Tenemos que hablar de aquello que llamamos discurso religioso porque gran parte de la realidad religiosa, se expresa al interior de éste. La religión se sitúa en el campo simbólico y a través de la observación analítica de sus discursos es posible descubrir las funciones reales que ella cumple porque su estructura presenta una serie de indicadores de significación sociológica.


Tomemos como ejemplo el discurso religioso del Obispo Vicario Castrense del ejército de Chile, en una misa celebratoria del golpe de estado en la escuela militar. Él dice: “Hace 12 años el rosario comenzó a rezarse sin descanso y María hizo el milagro; era la segunda independencia de Chile”.


Otro ejemplo es el discurso del Papa. No hizo una condena directa a las violaciones de los derechos humanos, por el contrario, en respuesta al recibimiento del general Pinochet dijo lo siguiente: “Al comenzar mi peregrinación con la paz de Cristo, dirijo confiado mi mirada al Santuario Nacional de Maipú para pedir a Vuestra Patrona la Virgen Santísima del Carmen que ilumine y guíe mis pasos por los caminos de Chile”. Está reconociendo que la Patrona del Ejército de Chile tiene una mayor proximidad al general Pinochet. Además cuando el Papa visitó Chile su principal acto simbólico fue designar Reina de Chile a la Patrona del Ejército de Chile.


Es una lectura objetiva que uno hace de la realidad. El campo simbólico tiene una función primordial, resolver las contradicciones insolubles sobre el plano material social, es decir, asume el carácter de explicación de aquellos fenómenos que por contradictorios tienen capacidad de hacer dudar. Como la religión pertenece al campo simbólico, es un elemento de comprensión del mundo y de los signos producidos por universos sociales con una referencia a un elemento considerado como sobrenatural del campo de lo no verificable. El individuo nace al interior de un universo simbólico construido ya socialmente por los diversos grupos humanos que en el transcurso del tiempo han vivido una experiencia colectiva, eso es lo que se llama un universo simbólico instituido. Es decir, ya está ahí, la Virgen del Carmen está ahí, o sea, es un universo ya constituido al que se llega y que a su vez actúa e influye sobre los comportamientos de las colectividades humanas, es decir, es un universo instituyente, que provoca comportamiento, que induce actividades.

Toda práctica simbólica es necesariamente una atribución de sentido construida a partir de la experiencia vital de un grupo humano y que en relación con lo social es generalmente expresada en un proceso no conciente; lo social es influenciado por la producción simbólica que tiene cierta autonomía, porque entre ambos campos existe una relación de carácter dialéctico, así las creencias pueden influenciar en los comportamientos, al interior de otros campos, por ejemplo, el campo político y económico.


El análisis del discurso implica entonces inicialmente la convicción de que ese discurso no es pronunciado en el vacío, o en un medio ascéptico sino que por el contexto, de formas, de modos, de situación social, etc. que se relacionan con las condiciones sociales en que se produce, entonces, lo extralingüístico, aquello que está al lado, puede ser recurrido para arribar a una verdadera interpretación del discurso religioso, o de cualquier otro discurso.


Tomemos desde el punto de vista pedagógico, el texto bíblico de Génesis 3, y hagamos un análisis sociológico. Los primeros 14 versículos, la esencia de la tentación, cuatro personajes: Jehová Dios, la serpiente que representa el mal, y Adán y Eva. Toda la tentación gira en torno al tema del verbo rector que es el verbo comer: 11 veces está conjugado el verbo comer, 10 veces en sentido negativo, es decir, apropiarme, hacer mío todo aquello que ha sido creado por Dios para ser compartido, el pecado de apropiación. Una vez en sentido positivo, sentarme a la mesa para compartir lo creado. Si se empieza a leer la Biblia en la perspectiva del pecado de apropiación, se va dando cuenta que es un medio esclarecedor para entender muchas cosas de las que se nos dice en la Biblia, y así es como se nos está entregando un instrumental para que interroguemos mucho más, a esa peña de Oreb que es la Biblia que brota siempre agüita fresca pero que a veces no nos atrevemos a beberla en profundidad.


Si nosotros miramos en esa perspectiva el pecado de apropiación, que sigue es el de Caín quien se apropia de la vida de Abel; el hombre se apropia de mujer; ya no es el complemento ideal, la compañera perfecta, ni el hombre el compañero perfecto de la mujer, ya ambos se miran como objeto de apropiación (tenemos a David y Betsabé).


Y si nosotros miramos a Jesús en esta perspectiva, nos vamos a dar cuenta que Jesús desde el punto de vista pedagógico se presenta como Dios en la historia como el gran desapropiador. Aquel que se desapropia de su propia vida para dar vida en abundancia.


Jesús viene a enseñar mandamientos nuevos: “Amarás a tu prójimo... amarás tu enemigo”. Jesús leído de otra manera, como el gran desapropiador que siempre se presenta como el pan compartido. Los discípulos de Emaús, le reconocieron a través del pan, recién ahí lo reconocen. Es el pan de vida, siempre se representa así, y Jesús es el que muere por amor, el que se niega a matar por lo que cree. Entonces el texto hay que asimilarlo, hay que desmenuzarlo, porque siempre se nos quiere decir algo más que la lectura aparente, de aquello que bebemos como materialidad. Por eso es siempre importante considerar lo extralingüístico, para arribar a cualquier interpretación dentro del discurso religioso o cualquier otro tipo de discurso.


El discurso religioso se caracteriza por la lógica de encadenamientos de frases, pero este encadenamiento es la coherencia aparente que el análisis debe mostrar la lógica subyacente, los no dichos, los silencios. Pero este encadenamiento debe respetar aquellos elementos que son significativos en su enunciado.
El discurso religioso, y esto es fundamental; como todo discurso es el ejercicio de un poder. El profesor que se para frente a los alumnos está ejerciendo poder, y a él también el cabe la propuesta bíblica del poder que Jesús plantea. Poder para servir y no para servirse; poder para formar y no poder para deformar.

El discurso religioso, entonces es el ejercicio de un poder, quien profiere la palabra, quien lo dice hace uso de este poder, y naturalmente no todos los emisores tienen el mismo peso social; entonces la importancia e influencia de un discurso variará en esa relación. El signo tiene diferentes pesos, el signo depende del actor social que lo haga; el emisor tiene que ver con aquello que se está diciendo, con aquello que se está expresando. El discurso religioso no puede reclamar objetividad escuchado en un emisor “legítimo”, porque en su producción misma hay toda una serie de condicionamientos como el resultado de tensiones que están en su origen. La legitimidad proclamada por un emisor no debe impedirnos el análisis de su discurso, por el contrario, debe incentivarnos al descubrimiento de estructuras lógicas subyacentes en él.


Cuando nosotros hablamos de la inserción de la iglesia en el mundo contemporáneo, nos preguntamos por los aportes de la sociología. Los profetas eran extraordinarios sociólogos y eran buenos lectores de la realidad. La leían en función de la voluntad de Dios, y se expresaban con una increíble fuerza. Ellos no eran adivinos, no eran brujos; ellos sabían lo que iba a suceder, porque las lógicas sociales así lo indicaban.


Desde la sociología de la religión, podemos entender cuáles son los orígenes de los evangélicos en América Latina. Proponemos desde nuestra perspectiva tres proyectos o dinámicas:
  1. Un proyecto privatista, constituido por la iniciativa por la iniciativa personal de algunos protestantes extranjeros que viniendo a América Latina por razones profesionales buscaron crear un espacio social y jurídico para la fe disidente, de ahí nosotros observamos que están en este modelo el caso de los representantes diplomáticos de países protestantes. Por ejemplo, Inglaterra y Estados Unidos. Comerciantes y profesionales, como en el caso de los que al venir contratados como profesionales, aprovecharon para dar a conocer y enseñar la Biblia que en ese momento estaba terminantemente prohibida en sociedades como las nuestras, hegemónicamente dominadas por la iglesia católica.
  2. Otro proyecto que habla también de la inserción de nuestras iglesias, es el proyecto misionero, que obedecía a iniciativas colegiadas de organizaciones misioneras internacionales que enviaban sus representantes a América Latina para disputar el terreno religioso, social, geográfico y legal de la iglesia católica.
  3. Un tercer proyecto, es el inmigracionista constituido por la fe evangélica que venía ya estructurada socialmente en el interior de grupos de trabajadores al país.
2. La libertad religiosa y el estatuto jurídico de las iglesias
Los evangélicos protestantes en América Latina emergen en una sociedad dominada en manera absoluta por el catolicismo al que debieron enfrentarse para abrir los espacios que permitieron su posterior desarrollo. Allí está la explicación del anticatolicismo a ultranza que caracteriza a numerosos sectores evangélicos protestantes en América Latina.


Se da la relación del anticlicarismo, por ejemplo de la ideología liberal expresada en América Latina y en los grupos masónicos; y el anticatolicismo del protestantismo naciente que encontró buen aliado en esta teología liberal para disputar estos espacios legales, sociales, geográficos a la Iglesia Católica.
Para los patriotas independientistas latinoamericanos era difícil entenderse con una iglesia católica que era leal a la corona española o portuguesa. Entonces aparece el protestantismo como un elemento para contestar en código religioso a esta iglesia católica que tantas dificultades provocaba a la lucha por la libertad en los procesos independientistas en América Latina.


Los evangélicos emergieron en una cultura dominada hegemónicamente por la iglesia católica y eso nos ha marcado de manera profunda en toda esta lucha por el crecimiento. Nos ha provocado confusiones históricas, si bien hay situaciones que justifican esta confrontación que se dio, de pronto se producen cambios a nivel de las relaciones de iglesia y algunos no las ven de manera adecuada y se mantienen las tensiones de manera ahistórica.

2.1 El crecimiento
En el contexto y la dinámica del crecimiento debemos evitar una confusión peligrosa que hemos observado, y es, confundir crecimiento con engorde. Esa es una complicación. Podemos engordar en número peor no crecer como iglesias y personas. El crecimiento se da en un contexto integrador y crece y se relaciona con la situación de la madurez de una iglesia que tiene una misión; en esa misión la iglesia necesita madurar de manera adecuada respecto del contexto en que está efectuando su tarea.


Definitivamente la crisis, es ese momento continuo que aprisiona la inestable situación sociopolítica de esta parte sur del continente, y es en ese contexto de crisis donde se plantea el desafío a la misión de la iglesia latinoamericana. Pero esta crisis es un desafío a las iglesias en fidelidad al Verbo que se hizo carne; deben reconocer que la Palabra descontextualizada es inútil, es vana. Entonces ser cristiano nos implica como iglesia, un compromiso objetivo con los diversos aspectos de la realidad social e individual concreta. Esta iglesia nuestra debe reconocerse como al enviada, negándose a constituir una estructura estática e indiferente. La misión de nuestras iglesias en el contexto socio-político y económico, es que desarrollemos nuestras actividades comunicando para influir las conductas individuales y sociales en dirección de la dignidad humana. Pero esta misión de ser Verbo encarnado exige a la iglesia la armonía de la madurez, de aquella madurez forjada en los profetas veterotestamentarios y que se integra, por ejemplo, con autentica identidad, es decir, la identidad de Cristo, con verdadera sabiduría. Con capacidad para hacer juicios correctos y ordenados; para leer lo que está sucediendo en el entorno donde la iglesia actúa, una iglesia con equilibrio emocional, en el que los rasgos de la personalidad individual y colectiva sean dominados por la razón; una iglesia con capacidad para amar aún al enemigo, y una iglesia con poder para entregarse es decir, que tenga sentido de la negación de sí misma, sentido del sacrificio.


No crece una iglesia que critica a un torturador porque fuma. No crece una persona que le molesta el llanto de un niño sin preguntar la causa de lloro. No crece una iglesia que se hace preguntas ante el herido de Jericó, pero que pasa sin detenerse junto a él. La pregunta correcta de una iglesia que quiere crecer es la pregunta que Jesús nos plantea en la parábola del buen samaritano. Este hombre tenía el mismo miedo que el levita y el sacerdote. Seguramente miró hacia todos los lugares para ver si los salteadores estaban por allí, y tenía miedo. Pero él se hizo la pregunta correcta, la pregunta que Jesús nos pide que nosotros nos hagamos: ¿Qué le va a pasar a mi hermano, qué le va a pasar a mi hermana si no me detengo junto a él, si no me detengo junto a ella?


No crece una iglesia fundada en un modelo autoritario. Por ejemplo, la teología de la negación, en la que nos definimos no por lo que somos desde el punto de vista de la libertad sino que nos definimos por la negación: no tomo, no fumo, no bailo, no voy al fútbol, no voy al cine. Entonces nuestra visión del ser cristiano se transforma en una especie de prisión, y la libertad del cristiano para vivir responsablemente en función de la dignidad humana desaparece ante esta serie de negaciones que a veces nos tientan en nuestra actitud de iglesia. La pregunta correcta acerca de la iglesia y el crecimiento pasa fundamentalmente por descubrir las áreas de importancia de su influencia en la sociedad antes que por los porcentajes numéricos. ¿Qué somos y no cuánto somos? Eso es lo que debe preocuparnos como iglesia. 


En Chile hay iglesias que están trabajando integralmente, es decir, un trabajo social testimonial en sus barrios, y que han bautizado más gente que nunca. Si miramos eso como crecimiento también es una de las variables, y ellos mismos estaban sorprendidos porque para ellos era una práctica nueva, esto de integrar el testimonio concreto de trabajo asistiendo a la gente, estar con las personas que tenían necesidad y que también son personas de la propia iglesia. Ellos estaban sorprendidos por ello, porque relacionaban siempre a los bautismos con las campañas de evangelismo que se hacían. Las más de las veces, las campañas de evangelismo de una semana son un descargo de conciencia por todo lo que no hacemos en un año. Esto nos pasa con frecuencia, por eso es mucho más importante el que nos preguntemos: ¿qué somos y no cuántos somos? Ojala se integren estas dos realidades, yo no digo que sea malo crecer en número, sino que me parece adecuado considerar que el crecimiento sea integral como lo es el evangelio. 


En Chile ha habido muchas contradicciones en estos años pasados, pero lo real e importante para que una iglesia sea modelo, es que persista en su testimonio a pesar a veces del deber cumplido, a pesar de los cantos de sirena. Una iglesia que descubre que su misión es la libertad, y liberar al ser humano; liberar a la sociedad de todo pecado, es decir, asumir realmente una función de carácter profético.

En este tiempo se están dando tensiones bastante fuertes a raíz del cambio de discurso de la iglesia católica, que puede llegar en algunos a una especie de batalla de carácter religioso. El otro problema que se está dando es el tema de la participación de los evangélicos en política.


Entonces nos vamos a encontrar con que las dinámicas de crecimiento se van a nutrir nuevamente de estas situaciones de confrontación entre lo que es la expresión católica y lo que son las expresiones evangélicas, con mayor radicalidad en algunos países.


Quisiera mencionar lo que han sido las dinámicas de crecimiento en Chile. La mayor cantidad de crecimiento se produjo en los momentos en que había régimen militar. Esto tiene explicaciones sociológicas también porque los espacios de participación se cierran y de alguna manera las iglesias representan los espacios de protección de personalización, de afirmación de las identidades que se pierden en períodos de esa naturaleza.


Quisiera comentarles lo sucedido en Santiago de Chile. Santiago siempre creció de manera más lenta, desde el punto de vista del crecimiento de los evangélicos, respecto de lo que pasaba en otras regiones. En 1958 teníamos un 4%, en el año 70 un 5.5%; el año 72 6.8%, en el 73 8.0%. Entre el 70 y 73 el dato es interesante porque era el periodo de la Unidad Popular de Salvador Allende. El crecimiento fue poco y una de las explicaciones sociológicas tiene que ver con la movilización social que se producía con la participación de los diferentes grupos de diversos órdenes. Desde el año 73 al 79 se produce también un crecimiento muy pequeño, y que estaba muy marcado por el conflicto que se daba dentro de las iglesias evangélicas en relación con el poder político militar, pero desde el año 82 nos habla de un 10.6% y algunas encuestas hablaban de un 15% de evangélicos. Al año 86, estimamos un 12.2%, y a esta fecha estimamos alrededor de un 16%.
Este fenómeno se daba también dentro de las fuerzas armadas. 


En Chile las fuerzas armadas desde el punto de vista de integración de los evangélicos tiene sus propias eclesiologías; sus propias iglesias en las diferentes ramas. Existe la Misión Evangélica Uniformada, que es el gran paraguas que protege y agrupa a las diferentes iglesias de las fuerzas armadas y del orden. IGEMIL, es la iglesia evangélica militar. IGEPOL, es la iglesia evangélica policial; y también está la iglesia evangélica de la marina, etc. Ellos representan más o menos el 15% del total del contingente de las fuerzas, y sin embargo se repite en ellos el mismo fenómeno de crecimiento numérico que en los sectores populares, es decir, no hay evangélicos a nivel de generales ni a nivel de coroneles. Siempre está en la conscripción, es decir, en aquellos que cumplen las órdenes, en los soldados.


2.2 La separación de la Iglesia y el Estado
La separación de la iglesia del Estado, aparece en Chile nominal y constitucionalmente declarada. No hay religión oficial, y sin embargo, la dinámica histórica indica que la Iglesia Católica sigue siendo la iglesia oficial, y esto es muy concreto en lo que pasa dentro de las Fuerzas Armadas. Es muy claro que ahí es la iglesia castrense la que domina todos los estamentos, y la aparición de las iglesias evangélicas es una aparición muy lateral que no tiene grandes influencias ni incidencias en lo que sucede en el interior del mundo militar.


Los elementos esenciales constitutivos de la libertad de religión, pueden caracterizarse como de tipo social, o de tipo intrapersonal. Sería la libertad religiosa interior lo que podría confundirse con la libertad de conciencia. En el tipo social podemos distinguir a un sujeto activo que ejerce la libertad religiosa en un todo social, o sea lo humano considerado como género. Por otra parte, considerar a un sujeto pasivo combinando el respeto de la libertad religiosa de los otros, constituido por la sociedad humana general exterior al sujeto activo mismo.
La libertad religiosa como un derecho humano; y entendemos por esto a aquellas condiciones de la existencia de los hombres, que solo tienen sentido en la vida social y que le permite la plena utilización y desarrollo de sus posibilidades como tales, junto a la satisfacción de sus necesidades de tipo espiritual.

2.3 Los derechos humanos
Los derechos humanos se basan en la demanda creciente de la humanidad para vivir, una existencia en la que la dignidad inherente a cada hombre recibe respeto y protección, y reconocemos que estos derechos son fundamentales a la naturaleza del hombre. Estimamos entre ellos, el derecho a la religiosidad más allá de la preocupación teórica de jurisconsultos y filósofos, pues es el que tiene expresiones más globales en la vida social cotidiana de los pueblos, el derecho humano a la libertad religiosa desde la perspectiva del Derecho Internacional Público, que integran los llamados derechos civiles y políticos, con la calidad de libertad fundamental.


Este derecho humano fundamental, habita a las más diversas legislaciones nacionales e internacionales, pero es indudable que las normas jurídicas con mayor eficacia para observar su respeto son las de tipo interior a cada Estado. Queremos decir, que la eficacia del derecho internacional se mide en la capacidad que pueda tener su contenido normativo para obligar a las partes al cumplimiento de lo pactado. Pero es en este terreno donde este campo adolece de incapacidades manifiestas que sólo pueden ser salvadas por la buena fe.
Compartimos un esbozo de la situación jurídica de la libertad religiosa, en algunos países del cono sur de América Latina:


Paraguay:
El trabajo de la Convención Constituyente paraguaya concluyó aprobando una nueva constitución política en 1992, la que establece la separación entre la iglesia y el Estado, poniendo fin al oficialismo de la Iglesia Católica, a la exigencia y al requisito de religiosidad para ser presidente de la república, de esta manera se garantiza la pluralidad de cultos de acuerdo al tenor de las exigencias legales respecto al orden, a la moral, etc.


Perú:
La Constitución peruana en vigencia desde el 18 de julio de 1990, garantiza el libre ejercicio de cultos para todas las personas o grupos, siempre y cuando no alteren el orden público ni la moral. Legalmente no existe religión oficial.


Argentina:
En la actualidad no existe separación entre la iglesia y el Estado. La iglesia Católica es religión oficial, y la exigencia de pertenecer a ella se traslada al ciudadano que sea electo presidente de la república. Ambas situaciones serán debatidas en las series de reformas constitucionales que propondrá el presidente Menem en 1993, esperándose sancionar la separación entre la iglesia y el Estado, y eliminar la exigencia de ser católico para ejercer la primera magistratura del Estado. En el actual estado de cosas, el derecho de la libertad religiosa mantiene en eventual riesgo de persecución a todo culto disidente del oficialismo católico.


Chile:
No existe iglesia oficial desde 1925, año de publicación de la Carta Constitucional que separó a la iglesia del Estado. La Constitución del 80 mantuvo el mismo criterio legislativo, pero sin embargo legalmente las iglesias evangélicas y otras minorías religiosas tienen vida jurídica en condiciones muy desmedradas, si se las compara con el estatuto legal de la iglesia católica.


El gobierno del presidente Patricio Elwin ordeno la preparación de un anteproyecto de ley dirigido a resolver positivamente la situación de desmedro legal de las iglesias evangélicas.


En Chile existen las iglesias como corporaciones de derecho privado. El presidente de la república, después de un largo trámite de un año, dicta un decreto en el que dice: “le reconozco personalidad jurídica”; y le dan un número. Pero eso es tolerancia religiosa, porque la legislación chilena puede cancelar en la persona del presidente y de manera arbitraria la personería jurídica, sin recurso alguno que puede interponerse ante los tribunales existentes, quedando de esa manera, sin expresión. En cambio al construir la existencia legal de las iglesias por vía ley, se le da un criterio razonable de realidad a lo que llamamos separación entre la Iglesia y el Estado; ya es por ley, ya no se le otorga, se reconoce la existencia legal de las iglesias y se solucionan una serie de problemas de orden práctico que tienen que ver con dar prebendas especiales a las iglesias evangélicas, sino que con reconocer la tarea importante de ellas realizan en la sociedad chilena, otorgarles los derechos que faciliten la tarea de expresión de tipo de libertad.

Uruguay:
Es un país de antigua expresión libertaria en materia religiosa. El texto constitucional vigente del 1 de marzo del 67; en el capítulo 3, artículo 5, estipula que todos los cultos religiosos son libres en el Uruguay agregando que el Estado no participa de religión alguna. La separación entre la Iglesia y el Estado es de comienzo de siglo, garantizando a la Iglesia Católica el dominio de todos los templos construidos en su oportunidad con fondos del Estado nacional, es decir, como “perdonándole las deudas”, les perdonaron las deudas pero quedan en propiedad de esos bienes.


Constitucionalmente se garantizan todos los cultos. La exención de impuestos para lugares y actividades propias de los mismos.


Bolivia:
Hay un conflicto. El vicepresidente de la república afirmó recientemente que en Bolivia existe libertad religiosa; sin embargo, el tema mismo es campo de contradicciones. El propio arzobispo de la Paz Monseñor Luis Sanz asume el término “sectas” en sentido peyorativo para referirse a todo grupo religioso no católico y pide luego la intervención del gobierno en el control de los cultos aduciendo que las sectas obedecen a un crecimiento desordenado, desmesurado e inorgánico que el gobierno debe solucionar.


Finalmente debemos asumir el tema “sectas religiosas” en una perspectiva sociológica y sacar definitivamente el término de los peyorativismos, que es el sentido que en el nuevo lenguaje Vaticano los está estudiando. Hay que definir las sectas como “grupos minoritarios, exclusivos, excluyentes, que sostienen ser los únicos poseedores de la verdad y de la salvación, y de los caminos para alcanzar tal verdad y tal salvación.”


Reacciones y propuestas a la ponencia del Dr. José Humberto Lagos S. Entendemos que un discípulo en el contexto latinoamericano, debe ser:
  1. De una auténtica identidad (Cristo en él).
  2. Portador de sabiduría (capacidad de hacer juicios concretos desde la ética de Dios.
  3. Con capacidad de amar (amor al enemigo).
Acerca de la función profética de la iglesia:
Es necesario que la iglesia denuncie con voz profética arraigados en nuestra realidad. Debemos cumplir un rol en la sociedad identificarnos en la comunidad donde vivimos:
  1. El testimonio como actividad plena
  2. El rol de la iglesia.
  3. La participación política.
La teología profética, es la teología de la calle. En el A.T. las personas eran escogidas por Dios para demandar cambios éticos, en el pueblo y en los gobernantes, y aún en los falsos pastores.


¿Cómo puede denunciar la iglesia? 1. Promoviendo la dignidad humana
2. Orientando al Estado sobre asuntos ético
3. Denunciando lo que afecta a la justicia
4. Proponiendo alternativas (soluciones).
5. Comprometiéndose

La iglesia debe estar para transformar la sociedad. Debe ser la promotora de una vida digna, de las libertades humanas, y de sistemas que encarnen estos conceptos.


La iglesia no debe adaptarse ni tolerar situaciones enfermizas, denunciar –como fue dicho- presentando alternativas.


Afirmamos:
  1. Que la libertad religiosa es el derecho humano fundamental.
  2. Que el crecimiento numérico, nos exige pensar: ¿Qué haremos a partir de ahora? No sólo debemos quedarnos con el crecimiento sino impactar con nuestros hechos, en todos los sectores de nuestra sociedad, con una vida transformada con el poder de Dios.
  3. Que es necesario que al igual que los profetas, seamos buenos lectores de la realidad social de nuestro tiempo, a la vez que buenos oidores de Dios.
  4. Que la ausencia de materias vinculadas a las ciencias sociales en los curriculums, nos desconecta y limita en nuestra influencia en las conductas sociales, y un total distanciamiento de los cambios producidos en nuestra sociedad. Esto dificulta la inserción del estudiante y del nuevo pastor en la congregación.
  5. Que es necesario conocer la metodología de trabajo de las sectas, y no solo contar con información sobre ellas.
  6. Que es imprescindible plantear la elaboración de un proyecto de investigación sociológico científico en cuanto a las sectas, con el objeto de servir de enseñanza dentro de nuestras instituciones teológicas. Esto nos ayudaría a descubrir los mecanismos de acción o de funcionamiento.
Encuentro y Diálogo N° 10 Año 1993 

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