lunes, 30 de enero de 2012

CPEC - Comité de Profesionales y Empresarios Cristianos




Enero 30, 2012.
STEVE JOBS, REGLAS DEL ÉXITO Y LA BIBLIA
Por Robert J. Tamasy

Cuando Steve Jobs murió en 2011, nos dejó un legado de logros que cambiaron radicalmente nuestra forma de vivir. Como co-fundador de Apple, Inc., fue una figura central en la revolución de la computadora personal. Macintosh de Apple, inició en la década de los 80’s, transformado la manera de pensar y usar las computadoras. Jobs también fue co-fundador de los estudios de animación Pixar, que abrieron nuevos caminos en el cine con la animación computarizada. Antes de su muerte, los iPads, iPhones y iPods de Apple ayudaron a abrir la comunicación de formas inimaginables y ampliando los horizontes de entretenimiento. La vida y el trabajo de Jobs alcanzaron prácticamente a todos los hombres de negocios y profesionales.

Jobs fue un visionario unico, pionero e innovador, pero todos nos podemos beneficiar de los principios que guiaron su éxito. Recientemente Entrepreneur.com publicó un artículo describiendo las "siete reglas del éxito" de Jobs. Aunque Jobs no era conocido por ser un seguidor del cristianismo, cada una de sus reglas del éxito se alinea con los principios bíblicos establecidos desde hace miles de años. Echémosle un vistazo:

1.     Haz lo que amas. Jobs afirmó: "La gente con pasión puede cambiar el mundo para mejorarlo." La idea de tener pasión y propósito en nuestras actividades cotidianas se resume en Colosenses 3, 23-24: “Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará…”  (Col 3:23-24)

2.     Haz una marca en el universo. Jobs le preguntó una vez al CEO de una importante empresa refresquera, "¿Quieres pasar tu vida vendiendo agua azucarada o quieres cambiar el mundo?" Abogó por una visión fuerte y convincente. Proverbios 29:18 ofrece una idea similar: "Donde no hay visión, el pueblo perece."

3.     Haz contactos. La idea de Jobs era ser rico en experiencias variadas e interconectar las ideas de distintos campos. Esta idea de las conexiones apoyándonos en Romanos 8:28, dice: "Y sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que le aman, que han sido llamados según su  propósito."

4.     Decir no a 1000 cosas. Mantener un enfoque bien definido es importante para Apple, ya que Jobs se alejó de los productos que prometían y que podría haber socavado la experiencia y el éxito de su compañía. En el Antiguo Testamento de la Biblia, Proverbios 4:27, "No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad."

5.     Cree experiencias increíblemente diferentes. En el desarrollo de las tiendas minoristas de Apple, Jobs quería que los clientes tuvieran una experiencia profunda y enriquecedora. Jesús expuso algo similar de la actitud de "los demás primero" cuando enseñó: "Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes" (Lucas 6:31).

6.     Domina el mensaje. Hasta las mejores ideas, si no se comunican efectivamente, son de poco valor, Jobs se dio cuenta de ello. Por una razón similar, el apóstol Pablo escribió, "Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo.... Que su conversación sea siempre amena y de buen gusto. Así sabrán cómo responder a cada uno"(Colosenses 4:5-6).

7.     Vende sueños, no productos. Jobs entendió importancia de apelar a los deseos de las personas, a sus esperanzas y ambiciones. Jesús ofreció una motivación similar a sus seguidores: "Por tanto, vayan y hagan discípulos a todas las naciones... enseñándoles que hagan todas las cosas que les he enseñado" (Mateo 28:19-20).

Robert J. Tamasy es vicepresidente de comunicaciones para el Legado de los Líderes, Inc., una corporación de no lucrativa en Atlanta, Georgia, E.E.U.U. Coautor, con David A. Stoddard, El Corazón de Mentor: 10 Principios Probados Para Que Las Personas  Desarrollen Su Potencial Más Pleno (NavPress), y es el autor del libro recientemente publicado Negocios al Máximo - la Sabiduría Eterna de los Proverbios para los Negocios de Hoy (Rever Pret). Más información, vea http://www.theheartofmentoring.com/ o www.rivercitypress.net o www.bobtamasy.blogspot.com ywww.bobtamasy.wordpress.com  
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martes, 24 de enero de 2012

Ceblicar - Curador

Curador (Marcos 1,21-28)
José Antonio Pagola

Según Marcos, la primera actuación pública de Jesús fue la curación de un hombre poseído por un espíritu maligno en la sinagoga de Cafarnaún. Es una escena sobrecogedora, narrada para que, desde el comienzo, los lectores descubran la fuerza curadora y liberadora de Jesús.

Es sábado y el pueblo se encuentra reunido en la sinagoga para escuchar el comentario de la Ley explicado por los escribas. Por primera vez Jesús va a proclamar la Buena Noticia de Dios precisamente en el lugar donde se enseña oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel.

La gente queda sorprendida al escucharle. Tienen la impresión de que hasta ahora han estado escuchando noticias viejas, dichas sin autoridad. Jesús es diferente. No repite lo que ha oído a otros. Habla con autoridad. Anuncia con libertad y sin miedos a un Dios Bueno.

De pronto un hombre «se pone a gritar: ¿Has venido a acabar con nosotros?». Al escuchar el mensaje de Jesús, se ha sentido amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañosas y perversas le bloquean el camino hacia el Dios Bueno que él anuncia?

Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal, y grita: «Cállate y sal de él». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano.

El narrador describe la curación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.
No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a curar liberando de un Dios opresor.

Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el sometimiento ciego a la ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor que no excluye a nadie. Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.

sábado, 21 de enero de 2012

Ceblicar

Otro mundo es posible

22 de enero de 2012

3 Tiempo ordinario


Marcos 1, 14-20
No sabemos con certeza cómo reaccionaron los discípulos del Bautista cuando Herodes Antipas lo encarceló en la fortaleza de Maqueronte. Conocemos la reacción de Jesús. No se ocultó en el desierto. Tampoco se refugió entre sus familiares de Nazaret. Comenzó a recorrer las aldeas de Galilea predicando un mensaje original y sorprendente.
El evangelista Marcos lo resume diciendo que «marchó a Galilea proclamando la Buena Noticia de Dios». Jesús no repite la predicación del Bautista, ni habla de su bautismo en el Jordán. Anuncia a Dios como algo nuevo y bueno. Este es su mensaje.

«Se ha cumplido el plazo». El tiempo de espera que se vive en Israel ha acabado. Ha terminado también el tiempo del Bautista. Con Jesús comienza una era nueva. Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros problemas, sufrimientos y desafíos. Quiere construir junto con nosotros un mundo más humano.

«Está cerca el reino de Dios». Con una audacia desconocida, Jesús sorprende a todos anunciando algo que ningún profeta se había atrevido a declarar: "Ya está aquí Dios, con su fuerza creadora de justicia, tratando de reinar entre nosotros". Jesús experimenta a Dios como una Presencia buena y amistosa que está buscando abrirse camino entre nosotros para humanizar nuestra vida.

Por eso, toda la vida de Jesús es una llamada a la esperanza. Hay alternativa. No es verdad que la historia tenga que discurrir por los caminos de injusticia que le trazan los poderosos de la tierra. Es posible un mundo más justo y fraterno. Podemos modificar la trayectoria de la historia.

«Convertíos». Ya no es posible vivir como si nada estuviera sucediendo. Dios pide a sus hijos e hijas colaboración. Por eso grita Jesús: "Cambiad de manera de pensar y de actuar". Somos las personas las que primero hemos de cambiar. Dios no impone nada por la fuerza, pero está siempre atrayendo nuestras conciencias hacia una vida más humana.
«Creed en esta Buena Noticia». Tomadla en serio. Despertad de la indiferencia. Movilizad vuestras energías. Creed que es posible humanizar el mundo. Creed en la fuerza liberadora del Evangelio. Creed que es posible la transformación. Introducid en el mundo la confianza.

¿Qué hemos hecho de este mensaje apasionante Jesús? ¿Cómo lo hemos podido olvidar? ¿Con qué lo hemos sustituido? ¿En qué nos estamos entreteniendo si lo primero es "buscar el reino de Dios y su justicia"? ¿Cómo podemos vivir tranquilos observando que el proyecto creador de Dios de una tierra llena de paz y de justicia está siendo aniquilado por los hombres?

José Antonio Pagola

Pastoral: ¿Te resulta difícil Perdonar?

Qué difícil resulta en ciertos momentos perdonar, pero el texto de hoy nos señala varias pautas para poder ejercitar esta disciplina en nuestras vidas; tengamos presente que Cristo enseña que solamente perdonando el Padre también lo hará con nosotros de la misma manera.

Saludos y bendiciones

José Luis

¿Te resulta difícil perdonar? 

Mateo 6:9-15
"Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas."


Cuando sus discípulos le pidieron al Señor que los enseñara a orar, él les respondió con esta oración. En esta oración modelo, Jesús se refirió a varios aspectos a tener en cuenta cuando oramos: nos habla de alabar y santificar el nombre de nuestro Padre que está en los cielos, de someternos a su voluntad, de pedir la manifestación de su reino, de pedirle nuestro diario sustento, pedirle que perdone nuestros pecados, y que nos libre de todo mal. Y de todas, la única petición que está sujeta a ciertas condiciones es precisamente la del perdón. Dice: “perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores.” Y aún más, después de terminar esta oración, Jesús volvió a insistir sobre la necesidad de perdonar, diciendo: "Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas."

Está bien claro en la Palabra que los cristianos debemos perdonar, pues es la voluntad de Dios. Pero una cosa es saberlo, y otra es llevarlo a la práctica. Cuando hemos sido heridos o cuando alguien que amamos ha sido maltratado, ¿cómo podemos perdonar? Por regla general, todos entablamos una lucha interna a la hora de perdonar. Y a veces, aún cuando pensamos que hemos perdonado, sentimos el sentimiento de rencor resurgir en algún momento. El perdonar no es un simple acto, sino un proceso continuo. Necesitamos perdonar la misma ofensa una y otra vez hasta que la amargura y el resentimiento desaparezcan totalmente de nuestro corazón. Nuestra meta debe ser que seamos capaces de perdonar profunda y completamente, como lo hizo el Señor con nosotros. Así nos dice el apóstol Pablo en Colosenses 3:13: "De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros." Si tú eres capaz de poner a un lado tu ira y tu odio en un acto decisivo de perdón, regocíjate porque tú has sido bendecido. 

Debemos tomar la decisión de seguir practicando el perdón hasta que logremos alcanzar esa meta. Pero tenemos que estar consientes de que no podremos lograrlo sin el poder del Espíritu Santo manifestándose plenamente en nuestras vidas. Cuando Esteban estaba siendo apedreado por un grupo de enfurecidos judíos, justo antes de morir, "puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado." (Hechos 7:60). Esto fue posible porque Esteban estaba “lleno del Espíritu Santo”, dice la Biblia en Hechos 7:55. Esta es la única manera de lograr que los resentimientos y las raíces de amargura dejen de existir en nuestros corazones, podamos perdonar a los que nos han herido y seamos totalmente libres. 

Busca el rostro del Señor en oración cada día y pídele que limpie tu corazón de todo rencor y lo llene de su amor perdonador. Si de verdad lo deseas, el Espíritu Santo te ayudará a perdonar y te sentirás libre de una gran carga.

ORACION:
Bendito Dios, te ruego que tu Santo Espíritu arranque las raíces de amargura y el resentimiento de mi corazón y las reemplace con tu amor y tu misericordia, de manera que yo pueda perdonar totalmente a los que me han herido. En el nombre de Jesús, Amén.

Pastoral: ¿En quién tienes puesta tu Mirada?

¿En quién tienes puesta tu mirada? 

Hebreos 11:23-29
“Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.”


¿Te encantan las pruebas y las dificultades? ¡Por supuesto que no! A nadie le gusta pasar por tiempos difíciles. Pero todos sabemos que esas situaciones adversas vendrán y se irán a lo largo de nuestras vidas. La pregunta es: ¿Cómo debemos enfrentar estos inminentes problemas? La Biblia nos enseña que la clave es nuestra confianza en Dios. En Juan 16:33, Jesús le dice a sus discípulos: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” 

El pasaje de hoy nos cuenta que Moisés se enfrentó a grandes problemas durante su vida, y siempre obtuvo la victoria. Moisés creció con los privilegios de un verdadero príncipe de Egipto, sin embargo obedeció el llamamiento de Dios para que dejara esa vida de lujos y riqueza, y dedicara su vida a servirle. ¿Crees que esto fue fácil para Moisés? ¡Claro que no! El sabía que iba a tener problemas, pero siguió la dirección del Señor y confió en que Dios le conduciría a la victoria. Dice el versículo 26 que "tenía puesta la mirada en el galardón", y el 27 dice que “se sostuvo como viendo al Invisible.” Esta es la clave de una vida victoriosa: mantener la mirada fija en la meta y confiar en el Señor en todas las circunstancias. 

¿Pero acaso Dios nos da problemas intencionalmente? Sí, pero cuando lo hace siempre hay un buen propósito detrás. Toda prueba o dificultad es una oportunidad para dar un paso adelante en nuestro crecimiento espiritual. Por eso Santiago puede hacer una afirmación que a muchos parece una locura: "Tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.” (Santiago 1:2-3). Cuando enfrentamos una prueba y la vencemos, desarrollamos paciencia, y por medio de la paciencia obtenemos fortaleza. A medida que esa fortaleza se desarrolla, el resultado es un sorprendente paso de avance en nuestra madurez espiritual, y en nuestra preparación para las luchas de la vida. 

En una ocasión un niño observaba como un gusano trataba de salir del capullo, en medio del proceso de convertirse en una mariposa. Con el fin de ayudar, el niño tomó el capullo entre sus manos y lo abrió, permitiendo de esta manera que el insecto saliera al exterior. Lamentablemente no duró mucho tiempo viva. El niño, aunque con buena intención, no había permitido que la mariposa fortaleciera sus alas a través del proceso natural y por lo tanto no estaba preparada para la vida. Eso es precisamente lo que Dios quiere lograr en cada uno de nosotros a través de las pruebas: fortalecernos. Porque él sabe que vamos a necesitar esa fortaleza para triunfar en las pruebas que se presenten. 

Al igual que Moisés "tenía puesta la mirada en el galardón", Dios quiere que mantengamos nuestra mirada fija en él. Hebreos 12:2 nos exhorta a que “corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” Si estás en medio de una prueba, confía plenamente que Dios está en control y está al tanto de tu situación. Mantén tu mirada fija en el Señor, busca su rostro en oración, lee su palabra y aplícala a tu vida diariamente. Recuerda que él venció al mundo, y esa victoria es tuya. ¡Decláralo con absoluta confianza!

ORACION:
Padre santo, te doy gracias porque las pruebas que tú permites en mi vida siempre tienen un buen propósito. Ayúdame a enfrentarme a ellas confiado en que tú estás en control y me conducirás a la victoria. En el nombre de Jesús, Amén.